De cómo se vive la guerra sucia y de cómo se adquiere la condición de enemigo permanente del estado policial chileno.
Contextualizo, desde la responsabilidad individual y con la ambición de compartir y así sumar en la acción directa de las ideas.
A mis 17 años cuando la transición a la democracia lucía su presentación de gala en los años 90, conocí al igual que otros tantos de manera obligada el rostro del estado chileno. Preso por ser parte activa de una organización revolucionaria. Experimento junto mi padre la enajenación brutal de la tortura, por vez primera enfrento a la potestad y pestilencia, a la cabeza el entonces teniente Roberto Reveco, en su escritorio marcial, y con un timbre de voz indefinido me informa lo delicado de mi situación jurídica: vinculado directamente a la estructura subversiva que dio muerte por enfrentamiento a un oficial de carabineros y dejó en grave estado a otro (enfrentamiento fechado en Junio de 1990, entre el MJL y carabineros de la DIPOLCAR)… Se me informa por parte del fiscal el nada auspicioso futuro: mi padre pasará muchos años en la cárcel y yo… de por vida. Sujeto a mi voluntad de colaborar, en la desarticulación de dicho movimiento, pudiendo ser en esto un gran aporte, para erradicar a aquellos que insisten en esos métodos de lucha, para acabar con “los terroristas”.
Significaba ser un informante, un colaborador, delator a protección y resguardo, batracio respaldado militar y económicamente. Seguridad para mi y mi familia, sentenció Reveco.
Esa fue la confirmación del estado y de su poder, de la soberanía que éste tiene por sobre la vida de las personas, y frente a mí el verdugo de turno: Roberto Reveco Díaz. Con la omnipotencia de dios se presentaba aquel rostro rosado, mientras en mi boca la lengua rota en inflamada, mordida por mis propios dientes en tortura, sentía sabor a sangre y el asco amargo por su persona, pero si cerraba los ojos eran castigados aún por algunos destellos eléctricos de la tortura tan inquisidores cómo su presencia.
Me pregunto cuántos luchadores sociales han de haber sido convocados a ser festín de buitres en la guerra sucia de aquella democracia que necesitaba instalarse para empezar a hacer de las suyas.
Yo por mi parte, incomunicado y en celda de castigo, cada 5 días tenía el mismo tipo de entrevista con el fiscal militar, pero un poco mas escueta, engrillado contemplaba mi propia escena:
-¿Lo pensó?, ¿va a colaborar?
– no
– devuélvanlo al castigo, e incomunicado, está despachado.
2. A POSTERIORI (ascender del efecto a la causa)
Mi decisión de no delatar a compañeros organizados, decididos, que se jugaban hasta los huesos, por un “algo distinto” en este país chile. Una revolución, un alzamiento, cambio medular de los pilares que sustentaron la dictadura y seguía desafiantes e incólumes en la “transición a la democracia” (ya vendría la alegría).
Muchos fueron los corazones rebeldes y las pieles indómitas de mujeres y hombres que olieron su farsa y dieron lo mejor de sí en un sueño justo de vida. En esos años intensos rostros valientes en el combate se convirtieron en estrellas. Yo, afortunado de seguir parado y no tan sólo respirando, asumo la prisión para muchos años de mi vida, pero aunque sólo fuere un día la prisión es la expresión más alta -quizás es la más baja- de la represión a un pueblo o movimiento; que tan sólo es superada por la muerte.
Mi negativa truncó el paso de la bota militar del fiscal, para mi significó reafirmar, con toda la entereza que podía mi alma, que el sol no se vende, que la lluvia no se puede comprar, tampoco los colores, ni los dolores, menos aún mi alegría. Luego del castigo, unos meses de prisión para mi padre y para mi… 17 años de cárcel a firme bajo la rubrica de Reveco Díaz. Engroso entonces la prisión política, y soy declarado un enemigo más del estado.
3. MODUS OPERANDI (Método habitual de actuar)
Entre otros, Reveco Díaz ya tenia en su experiencia el saber enajenante de la tortura, la desaparición, la prisión y la muerte como herramienta en su deber ser político. Formado y alineado en la cofradía militar ha sido en el pasado y presente, uno de los encargados de articular ejecutiva y eficientemente los medios represivos “jurídico-militares”, persiguiendo, aniquilando, confinando.
Los burócratas de todos los ámbitos -omnipotentes- definen amplias funciones para los órganos policiales, respaldando acciones hamponescas, dotando de potestad al aparataje criminal, que mata impune, impone juicios y lógicas en la “opinión pública”; se vuelca entonces toda esta energía en contra de las organizaciones revolucionarias, arrasa con vidas de mujeres y hombres lindos, con sus hijos y entornos más cercanos.
El dispositivo represivo, afinado y presuntuoso, va cumpliendo su mandato al pie de la letra, con carta blanca para los mismos de siempre, los celadores del poder de los ricos, a veces se llaman DINA, CNI, ANI, DIPOLCAR, OS7, OS9, SIP, PDI-BIPE, o como venga a llamarse en el futuro, los mismos con ellos mismos, sin limitaciones en recursos, usan sus entrenamientos antiguos para ser estamentos ejecutores de la política de exterminio a cualquier hálito de rebeldía. Ante una brizna de subversión del orden establecido, la verticalidad de mando (del rey-presidente para abajo, desde el dios-capitalista hasta el patrón-valor-moral-conservador) defenderá a través de ellos las cuotas de poder que han alcanzado en todo perímetro y superficie.
En la plaza pública somos escarmentados, se cierra el ciclo de represión y exterminio del pueblo organizado, del pueblo descontento, antisistémico, del pueblo mestizo-mapuche, del pueblo hombre-mujer con identidad. La orden marcial irrefutable y contundente recaía sobre los combatientes populares:
– prisión o muerte.
4. EXEQUÁTUR (ejecútese)
Ahí confluímos de manera transversal entre batallas, victorias y derrotas, entre hermanos contábamos a militantes del MIR, del FPMR y el Lautaro.
Rescato la entereza de los compas libertarios de siempre, de esos que se jugaron lo mejor de sí por alcanzar una bocanada de aire con aroma y de luz con color.
De mi parte me pasé 12 años de prisión efectiva, habiendo sido condenado a 17, pero no fui indultado, la vía del indulto presidencial no fue mi forma de salir de la cárcel, y hago éste reparo porque en los medios de comunicación se le dio uso a mi detención para manipular el ejercicio del indulto, para arrogarse cierta ventaja. Mi salida de la cárcel fue un proceso de beneficios carcelarios, un cambio de la medida cautelar de prisión efectiva por la de la libertad vigilada,… yo seguí cumpliendo la condena de 17 años impuesta por aquel tribunal militar.
Reafirmé con 12 años de mi vida una decisión, y las personas justas deben manejar con firmeza éste hecho, no recibí ningún regalo del estado.
5. ALEA JACTA EST (la suerte está echada)
La condición de enemigo del estado primó por sobre los discursillos de democracia y reconciliación, el año 2004, y viviendo la reclusión nocturna que correspondió a ese momento en el cumplimiento de la pena, fui vinculado por organismos de carabineros a una serie de atracos bancarios, cuyos objetivos responderían a la re-articulación militar del extinto Movimiento Juvenil Lautaro.
Vuelvo a ser encarcelado bajo estos cargos y acusaciones, siendo imputado por 3 robos a mano armada, por los 8 meses que duró la investigación: 8 meses de prisión en la penitenciaría de Santiago, 8 meses de encierro, 8 meses de allanamientos vejatorios a mis familiares, 8 meses que truncaron un año de mis estudios universitarios, 8 meses que se tardaron en confirmar que a la misma hora en que se cometían los robos yo estaba cumpliendo con al medida cautelar que me regía.
Fui absuelto de aquellas imputaciones, pero salí en esa oportunidad con la oscura certeza de que no habían terminado de pasar la cuenta, más que nunca sentí la omnipotencia del aparato estatal, la capacidad de montar jurídico-policialmente una verdad en los medios, en la opinión pública, y hacerse cargo de la vida de un otro, extrañamente nunca lo había tenido tan claro.
La osadía de revelarse, de organizarse, aún en pasado, era mérito suficiente. De ninguna forma los organismos encargados físicamente de ejercer el control social iban a olvidar que había sido encontrado culpable por el aparato jurídico militar de participar en un enfrentamiento donde murió un carabinero, y otro quedó lesionado.
La reconciliación era no más que una prédica al servicio del poder, funcional a quienes detentaban los gobiernos, utilitaria a los dueños de todo.
… Así el tenor de los tiempos de la libertad vigilada, entre el año 2002 y gran parte del 2007 la rutina era el control, control de mi casa y mi familia, control de mis amigos, control de mi estudios y trabajo. Luego de la evacuación de un informe técnico de gendarmería pude acceder a la firma quincenal, ya no dormía en prisión, pero era vívida la imagen del montaje policial del 2004. “Libertad vigilada” en su mayor literalidad, obligaba mi cotidianidad a la repetición de todos los actos.
6. DEFACTO (De hecho)
Luego del 5 de noviembre de 2007 y en relación a los hechos sucedidos el 18 de octubre de ese año, la orden del gobierno de los ricos era matarnos, para esto pusieron en movimiento todo su aparataje estatal, un impresionante despliegue mediático, exhibición y sobreexposición de imágenes fotográficas a nivel nacional e internacional. Hubo avances noticiosos constantes durante el día, noticiero de mañana, tarde y noche, entrevistas, reportajes.
Toda una batería de imágenes fotográficas con nuestros rostros acompañados de un discurso gubernamental completamente homogéneo y transversal situándonos en los hechos acaecidos y lapidándonos con la responsabilidad absoluta, minutos, horas, días, semanas, meses siendo juzgados y sentenciados para así contar no solo con responsables sino también con la legitimidad pública para ser acribillados por las balas del estado policial.
Jurídicamente somos un “cacho”, ya que nunca estuvo presente en el interés del estado policial encarcelarnos a partir de los hechos del 18 de octubre de 2007, articularon sin escatimar medios de ninguna índole un escenario llano y favorable para nuestra persecución y aniquilamiento, después de todo, por nuestra condición de rebeldes, de combatientes no quedaría ningún ápice de duda en la opinión pública de que nos resistimos vorazmente, que -armados hasta los dientes- nos enfrentamos a sangre y fuego con nuestros persecutores. Ya muertos se cumplía a cabalidad con lo exigido por el poder. Y entre nosotros una sóla convicción; la de ser amigos, compañeros y hermanos.
Nada es casual en esta persecución, ni Marcelo ni Freddy son ciudadanos ordinarios para el estado chileno cada cual con su particular historia de vida:
En el caso de Marcelo nos une una amistad interrumpiada sólo por los ciclos de la prisión pero que ha tenido entereza de vida, compañeros en una idea militante que no me cabe duda alguna que conoció lo mejor de nuestras fuerzas, hermanos de mirada y piel compartimos el proceso de prisión por muchos años, su realidad y condición para con el estado policial chileno no dista mucho de mi condición, es esta historia rebelde, conciente en la sangre que representa a través de una actitud y una idea… también ha sido reprimido, controlado, perseguido e incluido en este montaje policial. Cuyo objetivo principal no era de ningun modo la prisión, sino que todo apuntaba hacia el aniquilamiento físico por parte de las policías. La idea de ser ejecutado en cualquier esquina se hace tangible con este nivel de persecución.
Mientras Freddy, fue uno de los tantos familiares asistió a la prisión política, arraigado familiarmente en una de las organizaciones revolucionarias más significativas de nuestra historia, el MIR, la cárcel de los 90, nos unió en una gran amistad. También sobre él estaba explicitada ésta pena de muerte.
La orden del gobierno era matarnos, con esa certeza: huí.
7. DUM VITA EST (donde hay vida)
Esta vez se equivocaron, y no porque les faltaran ganas o medios. Su error se centró en conocer la fortaleza de nuestras razones de vida. La misma fortaleza que nos tiene de pie y defendiendo nuestro derecho a seguir viviendo entre los nuestros.
En la clandestinidad la identidad de uno se convierte en una peste o una calamidad, una especie de cataclismo de la personalidad, en donde se conoce lo peor del otro, se conoce el cinismo y la hipocresía, el aprovechamiento y la pequeñez.
Lo mismo se conoce la nobleza, la luz de algunas almas sinceras que aman la vida, la libertad y la justicia. En mi particularidad me encontré con paisajes humanos que no imaginé nunca antes, y la naturaleza fue nuestra mejor aliada, mi clandestinidad fue de mar, monte, lluvia y tormenta, fue de cielo y flor de primavera, fue de amor y risas de niños condenados a dar una alegría.
8. CORPUS DELICTI (Cuerpo del delito)
Por ser lo que somos, tal es la aversión del estado que designa a un militar fogueado en la persecución de los revolucionarios. En manos del fiscal Roberto Reveco Díaz salvaguardaban el accionar de cualquiera de las policías del estado chileno.
Fui detenido el 9 de Julio, En su orden les era irritante, portaba una verdad insoportable: estaba vivo. hacia el 22 fui secuestrado por los cuerpos policiales chilenos y argentinos.
Reveco y los presidentes de turno firmaban día a día solicitudes de expulsión desde argentina, primero para Freddy y Marcelo, luego sería yo el expulsado bajo las mismas irregularidades. Pasando por sobre sus propias leyes, suscritas internacionalmente respecto al asilo por persecución y razones políticas. Bajo el mismo tenor de la macabra operación cóndor fuimos secuestrados en un ejercicio de poder y coordinación entre intereses comunes de represión y muerte que nada tienen que ver con sus discursos públicos entre ambos países.
Basta una llamada telefónica presidencial de un gobierno de derecha que comparte su mesa con los militares, a una mandataria supuestamente demócrata de argentina, para así borrar de un zarpazo todos los convenios y tratados firmados por argentina en los ámbitos de extradición-refugio y asilo, así también todos sus públicos discursos mostrados al mundo en el bicentenario en materia de derechos humanos.
Violando todos mis derechos y la legitimidad de un proceso de extradición formalizado por el juez de Lomas de Zamora, segundo tribunal en lo penal (Bs. As: Argentina). Fueron vulnerados con una práctica supuestamente extirpada de la sociedad argentina: el secuestro, legitimado por un ente autónomo operante (ministerio de emigración) bajo la figura eufemística de la expulsión.
Una vez en chile y en un perverso raconto de la historia de este país me encontré en el cuartel Borgoño, La casa de Roberto Reveco, quien fue actuario de Fernando Torres Silva, el fiscal militar de Pinochet que tuvo a su cargo decenas de procesos en contra de prisioneros políticos de la dictadura. Vinculado con agentes de la CNI Reveco ponía su arma sobre el escritorio y continuaba la intimidación a que eran sometidos en el Cuartel Borgoño hombres y mujeres maltrechos, demolidos física y moralmente, recién salidos de los centros de tortura santiaguinos.
En el cuartel Borgoño esperé la doble formalización, también venía maltrecho de pasar por los centros de detención argentinos, donde como cachorros de hienas se entrenaban en tortura los celadores trasandinos.
Quedaron atrás solicitudes tramitadas de asilos políticos en la comisión para el refugio argentina, con sus respectivos respaldos en forma y legalidad, lo real es que fuimos secuestrados institucionalmente y puestos en chile ante los tribunales militares.
-Al aislamiento- fue de nuevo el castigo, estuve 6 meses en el módulo de Máxima seguridad de la CAS, y gendarmería pretendía a través de sus abogados hacerme cumplir un año entero en esas condiciones que tanto cuesta narrar, aún más recordarlas.
9. DE JURE (De derecho)
Este aberrante hecho de un doble juzgamiento por parte de instancias militares a civiles para la administración burguesa se hace incómodo e insostenible.
El costo político era mayor, estábamos vivos, nunca fue concebido así, había que ordenarse, entonces rápidamente el equipo jurídico de confianza del poder debe enmendar el rumbo y asegurar pública y políticamente nuestra condena jurídica.
Este golpe de timón se concentra en dos ámbitos fundamentales; primero el factor Reveco, sus secretarios y sus policías para asegurar nuestra prisión sin escatimar, aparecen así en el proceso una jauría que por unos pocos mendrugos están dispuestos a todo; el segundo ámbito es un proyecto de ley de carácter urgente y bien orquestado en el cual se fortalece la reforma procesal penal con la dedición de que ningún ciudadano civil será juzgado por los cuestionados tribunales militares no sin antes asegurar técnicamente, que todo aquello relacionado con sus intereses y sus veladores queden absolutamente resguardados.
El resultado es un cuerpo legal en Chile, donde el atentar contra la propiedad privada es siempre más oneroso que casi cualquier otra acción, digo casi, porque sólo es peor atentar contra los celadores del orden y la propiedad.
La receta probada y comprobada por el estado no es nueva, pero si altamente efectiva, directriz que articula el fiscal militar, dotando a las policías, a las inteligencias de herramientas de guerra sucia (oficina, ANI, infiltrados, testigos sin rostros, protegidos, peritos serviles a las fiscalías, larguísimas prisiones preventivas, cárceles de seguridad máxima donde la deprivación sensorial se aplica como tortura, torturadores uniformados).
Esta estructura criminal organizada que opera al alero de la ley, se complementa a la perfección con un bombardeo mediático de proporciones, siendo los medios de comunicación catalizadores de la legitimidad de la persecución, tortura y muerte si es necesario de los “enemigos de la sociedad”.
En la médula de la masa quedan instalados el respaldo a estas acciones: la impunidad; y la indolencia es el tenor ante la violencia del día a día, silencio ante una realidad erigida en alta definición y fabricada con reportajes de domingo.
Los pobres somos desechables, tan sólo delincuentes desalmados, las organizaciones cooptables o destructibles, los rebeldes son anarquistas… y si se juntan dos antecedentes de los anteriores: somos terroristas. El orden comercial requiere esta reacción para mantener la enajenación, el consumo, la mercantilización de la vida.
10. AD ASTRA PER ASPERA (Hacia las estrellas a través de las dificultades)
Hoy nuestro objetivo es salir de la cárcel, vivir entre los nuestros, intentar recuperar un tanto de vida que se nos ha extirpado.
No estamos desesperados sino decididos, la verdad nos entrega la tranquilidad que necesitamos, la reflexión devela los caminos y las posibilidades, la compañía de los nuestros nos dota de fuerza, el apoyo de las personas justas y nobles de todos los ámbitos nos dará una victoria sobre esta gran farsa que han llamado “caso securirty”.
Podemos acusar una serie de irregularidades, pruebas incongruentes, testigos inducidos, torturados para hacer concreta la inasible fantasía que presenta la fiscalía, que sabe que científicamente no puede probar que estuve en ese lugar, ni las pruebas de ADN no las físicas revelan que fui herido de bala, como declara judicialmente y en los medios de circulación nacional el funcionario de la fuerza pública que no reconoce el principio de inocencia presente en las mismas leyes que representa.
A DIFERENCIA DEL ESTADO POLICIAL Y LOS JUECES MILITARES PUEDO PROBAR SU CONTROL, PERSECUCIÓN, REPRESIÓN Y FINAL MONTAJE SOBRE MI PERSONA, Y POR CONSIGUIENTE MI NULA RESPONSABILIDAD EN LOS HECHOS ACAECIDOS ESE 18 DE OCTUBRE EN LAS CALLES CÉNTRICAS DE SANTIAGO, … Esa es hoy la batalla.
Juan Aliste Vega